El portal que cuida de ti
Blog
< Volver al índice de artículos del Blog
Enfermedades y trastornos
Trastornos de la conducta alimentaria: Bulimia III
Tras el atracón, en el 85-90% de los casos, tras el atracón sigue el vómito, introduciéndose los dedos en la boca y más raramente ingiriendo sustancias que lo provocan

Según va avanzando el cuadro, en ocasiones basta con una contracción abdominal para lograrlo. A veces, añaden técnicas de lavado, es decir, beber agua y volver a vomitar hasta que no quede nada dentro. Si la persona bulímica se encuentra tensa o persiste el desencadenante, existe el riesgo de que se reinicie el proceso, y continúe así durante varias horas o días. Vive el vómito como algo vergonzoso y humillante, y las purgas son una compensación y un castigo por haber rebasado la ingesta.

En determinadas ocasiones, tras el vómito, les sobreviene tal sensación de relajación y alivio que se busca de nuevo el atracón para conseguir ese efecto, o porque considera que le sirve para lavarse por dentro. Describen el acto del vómito como muy placentero, de manera que el atracón busca este objetivo o incluso realiza las purgas sin haber sufrido verdaderos atracones, aunque para los expertos en la materia, formarían un subgrupo independiente.

En ocasiones puede ser utilizado de forma manipuladora para transmitir a la familia lo mal que está por su culpa, o puede ser una actitud de castigo o venganza cuando sólo se dan atracones y vómitos con determinadas personas.

En el momento de finalización del mismo, el equilibrio de la persona es frágil y el riesgo de suicidio, por vergüenza y autorreproches, muy elevado, principalmente si la ingesta y vómito han sido masivos.

La frecuencia es variable: todos los días, varios al día u ocasionales. Suelen ser más habituales en la etapa anterior a la llegada de la menstruación. Suele distinguir entre días buenos y malos. A veces, se nota diferente desde que se levanta y sabe que, haga lo que haga, al final tendrá un atracón.


Álvaro Rojo