En el coaching se debe estar en el nivel de escucha completa, y no pensar en la respuesta ni en las preguntas que se van a efectuar a continuación. Solo si se escucha de manera profunda, se captará lo que es verdaderamente importante para el paciente. Después ya se le ocurrirán preguntas para hacerle. Siempre resulta mejor hacer pocas y que sean eficientes, que muchas que no consigan dar en el clavo. También sabrá si el paciente se encuentra dispuesto o no a hacer lo que dice que va a hacer, porque estará pendiente del lenguaje corporal que le dará mucha información.
En segundo lugar está la empatía es la capacidad para ponernos en el lugar de otra persona, y poder reflexionar acerca de cómo nos sentiríamos si estuviésemos en su lugar. No es necesario estar de acuerdo con lo que el paciente dice, ni encontrarse en la misma situación para empatizar. Es simplemente pensar que, si se dieran las circunstancias del paciente, quizá también fumaríamos o beberíamos, por poner un ejemplo.
Pese a no hacer coaching, la empatía por si sola ya tiene efectos terapéuticos. Todos alguna vez hemos tenido la experiencia de no saber qué decirle a una persona a la que se le ha muerto un familiar. Entonces lo que hacemos es estar a su lado, escucharla y pensar cómo nos sentiríamos nosotros si nos hubiera sucedido lo mismo.
En tercer lugar se encuentran las preguntas. La gran diferencia del coaching con lo que se acostumbra a hacer en consulta médica es que en lugar de decirle al paciente lo que debe hacer, se le hacen preguntas; preguntas especiales que le hagan reflexionar y cambiar; preguntas poderosas que no le hayan hecho nunca hasta ahora. Porque, al fin y al cabo, la esencia del coaching es preguntar, preguntar y preguntar. No hay que preocuparse por el tipo de preguntas que se debe hacer, puesto que si el coach practica y cambia el hábito de aconsejar por el de preguntar, ya se le irán ocurriendo, sobre todo si antes ha escuchado de manera completa y se ha puesto en la piel del paciente.
Y por último, el feed-back. Este es un anglicismo que no se suele traducir y que significa “devolver”. Es comúnmente usado en ciencias, puesto que la gran parte de sistemas físicos o biológicos, poseen mecanismos de regulación. Cuando se practica el coaching, es muy necesario dar feed-back al paciente y comentarle al paciente que es lo que se observa. Por un lado, sirve para confirmar que se está bien encaminado, y por otro lado, sirve para estimularlo a seguir adelante. De este modo, se conseguirá que el paciente se reafirme en lo que hará o, si está dubitativo, que lo modifique.
El coach debe aprender a celebrar las mejoras, tanto en el contexto de coaching como en la consulta en general. Fijándose en lo que va bien y no en lo que va mal, conseguirá ser más efectivo para producir el cambio. Simplemente hay que fijarse en los ejemplos de nuestra vida cotidiana, como cuando nos dicen que un postre que hemos preparado está muy bueno.