Continuando con lo dicho en el anterior artículo, podemos decir que el exhibicionismo es de los tipos de perversiones, en los que la cualidad de los impulsos instintivos conserva su forma pre-genital, en este caso, la contemplación después de la exhibición. Es perversión cuando el poder que se opone al deseo de contemplar y ser contemplado, en este caso el pudor, ha sido derrotado.
En el exhibicionismo, el sujeto busca lograr tres pruebas: la reacción de los demás como prueba oral de la existencia de su pene, la liberación de su ansiedad por medio del desplazamiento y una reacción en espejo por la cual espera ver mujeres con pene, para eliminar la ansiedad de castración.
Generalmente, se produce por el conjunto de cuatro factores:
- Predominio de las pulsiones infantiles en la forma de seducción,
- Lucha contra la castración por la evitación del coito y la imposición de los genitales.
- Defensa contra los impulsos homosexuales.
- Autocontemplación narcisista en la identificación con el observador1.
Dentro de la etiología conductual, el inicio puede asociarse a una experiencia de excitación sexual posterior a una exposición casual, posiblemente en juegos infantiles o ante médicos o enfermeras.
La adquisición de la conducta es por influencia del impulso sexual que al mantenerse en el tiempo, pierde el carácter sexual y toma matiz compulsivo
La conducta exhibicionista comienza con sentimientos de insignificancia, sin embargo cuando empieza tardíamente refleja trastornos emocionales