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Sexualidad
Principios básicos de las disfunciones sexuales

A la hora de abordar el tratamiento de las disfunciones sexuales, la mayoría de los especialistas coinciden en señalar los siguientes principios básicos: 


a) Una disfunción sexual es un problema que afecta a una pareja concreta y no a cada uno de los miembros por separado. Por lo que el objetivo de la terapia debe ser modificar las conductas de ambos, concretamente, las que utilizan en sus relaciones sexuales.

 
b) Como requisito previo, es necesario proporcionar información y educación sexual adecuada. 


c) Normalmente es necesario reducir la ansiedad asociada a la disfunción sexual. El mejor método de conseguirlo es enseñar a la persona técnicas y habilidades que le permitan controlarla voluntariamente, como por ejemplo, técnicas de relajación, de exposición o la inoculación del estrés.

 
d) El aumento de la comunicación y la mejora en las relaciones generales es determinante para conseguir resultados positivos. 


e) El tratamiento debe incluir una parte práctica de entrenamiento de nuevas conductas sexuales más adecuadas para la pareja. Por ejemplo: cómo y cuándo acariciar, posturas más indicadas…etc, y también un entrenamiento en habilidades sociales. 

La mayoría de los programas están orientados al tratamiento en pareja, pero existen procedimientos específicos para el tratamiento individual. 

El objetivo prioritario es crear y restablecer el bienestar y la satisfacción sexual de ambos miembros de la pareja, quedando claro que ello no depende de una conducta concreta, sino de un estado personal y la forma en la que se percibe y valora su actividad sexual. 
Sólo cuando se consiga dicho objetivo, pueden abordarse los objetivos más específicos, teniendo en cuenta que éstos no deben establecerse atendiendo a logros o resultados, sino tomando como criterio los pasos sucesivos a conseguir. 


Álvaro Rojo