El TLP es el trastorno de la personalidad que más se asocia con la conducta suicida. De hecho es el único que incluye la conducta autodestructiva como uno de los criterios diagnósticos.
Un 70% de los TLP cometen algún intento de suicidio a lo largo de su vida. Un 50% de ellos repite, con una media de tres intentos por caso. Las conductas de riesgo, las autoagresiones y los gestos suicidas son aún más frecuentes, ya que afectan al 90% de los pacientes. De hecho, muchos autores consideran que las automutilaciones (el 80% se provoca cortes), las conductas temerarias y el abuso de sustancias pueden representar aspectos indirectos de la tendencia suicida en estos pacientes.
La tasa de suicidio consumado en estudios longitudinales oscila entre el 8% y el 10%. La media de edad en que la gravedad de los intentos es más elevada se sitúa alrededor de los 30 años. La tasa de suicidio es más alta en los dos años posteriores a un intento grave que haya requerido hospitalización, máxima en el año siguiente (75%) y va decreciendo y normalizándose a partir de los 5 años.
Los siguientes son factores que aumentan el riesgo de suicidio:
- Historia previa de intentos de suicidio (es el principal factor predictivo de suicidio consumado).
- No tener pareja, estar sin trabajo y encontrarse aislado socialmente.
- Historia de abuso sexual.
- Nivel educativo elevado (posiblemente por rotura de expectativas).
- Mayor gravedad de trastorno (más impulsividad).
- La comorbilidad con abuso de sustancias y con episodio depresivo mayor.
La disminución de las conductas autodestructivas es uno de los objetivos prioritarios en el tratamiento de los pacientes con TLP y es necesario evaluar continuamente el riesgo de llevarlas a cabo. A menudo hay que poner límites dentro del marco terapéutico e indicar al paciente las condiciones que son necesarias para la viabilidad del tratamiento. Para conseguirlo se identifican aquellas conductas que son destructivas hacia el mismo paciente, hacia el terapeuta y hacia la relación terapéutica, y de esta manera se le ayuda a pensar sobre las consecuencias de sus acciones.