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Psicologia
Health-coaching y modelos

Podríamos definir el coaching como una fase de cambio persona que favorece a una persona a pasar de una situación actual a una deseada. Lo que se busca es crear junto con el paciente, un espacio que posibilite el cambio: ya sea de conducta, pensamientos, actitudes…En definitiva, conseguir mejoras de una manera más rápida y eficiente.

 

En general los fines de mejora se dividen en dos tipos: los de eludir algún hábito que no conviene, como por ejemplo, beber alcohol o fumar; y los que buscan conseguir alguna mejora, como practicar más ejercicio o un cambio de trabajo. En el coaching con pacientes los objetivos suelen estar relacionados con alguna disfunción que hace necesario un cambio para prevenir o tratar una enfermedad. En todos los casos, la motivación es fundamental para conseguirlo. Si no hay, lo que se debe hacer en primer lugar es prepararse y después ir con calma. Pero no hay que arrojar la toalla, puesto que muchos estudios sobre el cambio han comprobado que incluso los pacientes alcohólicos pueden ir a mejor aunque vayan a la terapia sin ganas y obligados por algún familiar.

 

El coaching se inspira en varios modelos, de los que la gran mayoría, provienen de la psicoterapia, pero también de otras disciplinas. Los más aplicados son: el modelo sistémico o relacional y el modelo orientado a las soluciones.

 

El modelo sistémico toma en consideración las múltiples variables: las relaciones familiares, laborales… y también el entorno cultural en que se mueve. Lo que significa que, aunque veamos a un paciente sólo en una consulta, hay que mirar más lejos y tener en cuenta las influencias entre él y su ambiente, y viceversa; hay circunstancias que facilitan el cambio y hay otras que lo dificultan.

 

El modelo orientado a las soluciones focaliza su atención en las posibilidades y capacidades de las personas y se centra en las soluciones en vez de en los problemas. El paciente antes de ir a la consulta ya ha hecho diversos intentos para mejorar y no lo ha logrado a solas. Es de suma importancia no volver a hacer lo que no le ha funcionado y potenciar aquello que le ha ido bien.

 

Lo que no es posible es aplicar el coaching sin previamente haberse ganado la confianza del paciente, y sólo se conseguirá con credibilidad, coherencia y respeto. Lo que no se puede es decir una cosa y hacer otra. Hay que respetar al paciente como persona.

 

Porque principalmente el coaching es comunicación: la herramienta clave son las preguntas, pero también toda la comunicación no verbal que está relacionada con los pensamientos y las emociones. Conocer todos estos aspectos y dominar las habilidades de comunicación son esenciales porque el coaching, como la medicina, es un arte. Hay que saber encontrar el estilo propio de llevarlo a la práctica basándonos en los conocimientos y en la manera de ser de cada uno, sin olvidarse de que hay que adaptarse al paciente y a su mundo.


Álvaro Rojo