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Vida sana
Tratamiento de la ciberadicción

El tratamiento del ciberadicto es parecido a otro tipo de adicciones. El paso más importante es que el sujeto afectado reconozca que está 'enganchado' y tenga valor suficiente para solicitar ayuda. Someterse a una terapia de 'desconexión' que no requiere la abstinencia total para llevar una vida normal constituye la siguiente fase.
El primer paso es reconocer que se está "enganchado" y estar verdaderamente motivado para dejar el hábito.
Podemos cuestionarnos si lo que se pretende es una abstinencia completa o bien un uso adaptativo de los servicios de Internet.
Algunos signos de alerta son: la comprobación compulsiva del correo electrónico y la inversión de mucho tiempo y dinero en servicios online.

El tratamiento deberá adaptarse a las circunstancias personales de cada caso, estableciéndose un tiempo de conexión limite desconectándose rápidamente una vez transcurrido este período de tiempo. Paralelamente deberá atenderse a las razones subyacentes al abuso de la conexión. Es sabido que mucha gente pasa un tiempo exagerado frente a su ordenador para evitar pensar en aquellas circunstancias que les agobian.

Internet también ofrece grandes facilidades para la comunicación, que pueden captar los escasos recursos de aquellas personas menos dotadas para esta actividad. Resulta llamativo el gran número de personas que colocan sus anuncios pidiendo establecer relación vía e-mail con cualquier persona. ¿No ocultarán estos anuncios importantes dificultades para relacionarse en la vida real?, ¿No podrá tratarse de personas con baja autoestima, que pueden empezar de nuevo en el ciberespacio?

La mayor parte de personas que buscan ayuda por su elevado uso de los recursos de la red lo hacen por indicación de sus jefes (recordemos que el derecho al anonimato no incluye las comunicaciones cuando se realizan desde el puesto de trabajo, por ello es posible monitorizar el tiempo de conexión y la naturaleza de los lugares visitados).
Las personas que podemos sospechar que tienen problemas con Internet no se conforman con revisar si tienen correo electrónico una o dos veces al día, o bien navegar durante una o dos horas como hacen la mayor parte de usuarios. Se conectan cada vez que pasan cerca de su ordenador, revisan su e-mail 20-30 veces al día y pueden permanecer conectados a la Red durante más de ocho horas al día.


Álvaro Rojo