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Vida sana
Agorafobia y fobia social.

Agorafobia: se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de evitación en lugares o situaciones donde escapar resulte difícil o embarazoso o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso en el que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares.

Criterios para el diagnóstico de agorafobia: aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones sea especialmente difícil escapar o en el caso de que aparezca una crisis de ansiedad inesperada que esté relacionada con una situación entre las que podemos destacar: estar solo fuera de casa, mezclarse con la gente o hacer colapsar por un puente, viajar en autobús, tren o coche. Estas situaciones se evitan (limitación de nº de viajes),  se resisten a costa de un malestar por temor a que aparezca una crisis de angustia o se hace indispensable la presencia de un conocido para soportar los síntomas. Esta ansiedad o comportamientos de evitación no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como fobia social (evitación limitada a situaciones sociales por miedo a ruborizarse), fobia específica (evitación limitada a situaciones aisladas como los ascensores).

- Fobia social: se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a ciertas situaciones o actuaciones en público del propio sujeto, lo que puede dar lugar a comportamientos de evitación.

Criterios para el diagnóstico de la fobia social: temor acusado y persistente por situaciones sociales en público, en las que el sujeto percibe una posible evaluación por parte de los demás, o que esas personas no pertenezcan al ámbito familiar. El individuo teme actuar de un modo que sea humillante o embarazoso. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca una respuesta de ansiedad que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional. El individuo reconoce que el temor es excesivo e irracional. Las situaciones sociales temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad.

Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar que aparece en las situaciones sociales temidas, interfieren en la rutina normal del individuo En los menores de 18 años la duración de estos síntomas deben prolongarse como mínimo 6 meses El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos fisiológicos de alguna sustancia (drogas o fármacos), por una enfermedad médica o por la presencia de otro trastorno mental.


Álvaro Rojo