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Sexualidad
Pasos para afrontar un tratamiento de fertilidad II

 

- Cuarto paso: podríamos llamarlo el de la comunicación. Con el diagnóstico en mano se barajan las alternativas de tratamiento en conjunto con el médico, se analizan las posibilidades de la pareja.

Lo importante en esta etapa es tener muy en claro las características del método adecuado o elegido, sus consecuencias y efectos secundarios, sus posibilidades de éxito y de fracaso. En caso de que no resultará, conocer cuál es el procedimiento a seguir. Conociendo cual es la situación y las opciones de tratamiento, se facilitan las decisiones a tomar. Las decisiones deben tomarse en conjunto con la pareja y el especialista.

Esta etapa se vive de forma dual, por un lado está la esperanza de que todo va a resultar y por otro, se siente una presión, en ocasiones poco definida, de que el tratamiento debe resultar. Iniciada esta etapa comienza otra que puede ser entendida como adaptación y aceptación del problema.

- Quinto paso: aceptado el problema, se da inicio al tratamiento. Éste es probablemente el momento de mayor estrés; dependiendo del tratamiento también podemos mencionar el malestar físico al que se somete generalmente la mujer (malestares hormonales, dolores abdominales y las molestias de los exámenes). Los días y el tiempo transcurren en base al tratamiento, las conversaciones y las inquietudes se basan en él. Se genera un ambiente en donde el centro de atención es el embarazo, las posibilidades, los avances que se observan, y la esperanza de que todo resulte bien. Todo esto influye en las personas, tal vez no de forma inmediata, pero es posible que aparezcan los primeros síntomas de estrés, ansiedad y depresión. En muchas ocasiones las parejas mantienen en su intimidad todo este procedimiento; esto a veces es recomendable en algunas parejas; en otras, es mejor contar con redes de apoyo que puedan servir para compartir las inquietudes, miedos, y penas.

 

Es posible también que aparezcan los primeros problemas sexuales, ya que la infertilidad está fuertemente asociada con la sexualidad, algo tan personal, íntimo y propio de la pareja pasa a ser un centro de atención. El sexo puede transformarse en una rutina mecánica y programada de acuerdo con el mejor momento para concebir. Mantener relaciones sexuales en un determinado momento puede dar solución al problema de la infertilidad, pero por otro lado está ligado muy estrechamente con el placer, y no debe servir sólo para lograr un fin concreto. Es necesario conversar y compartir en pareja los sentimientos y emociones sobre el tema; esto facilitará el entendimiento y el acercamiento.

Estos tratamientos tienden a ser largos, por lo tanto, el desgaste se hace presente y se siente en muchos aspectos, en el trabajo, en el hogar e incluso en la vida social, por esto es necesario que las personas se adapten a esta nueva situación.

Es importante preservar la calma y eliminar elementos estresantes que no sean causa directa del tratamiento. Descansar, realizar actividades placenteras, tomarse vacaciones.

- Sexto paso: el resultado del tratamiento. Aquí el estrés, la curiosidad, las ansias de obtener resultado positivo, generan un grado mucho mayor de nerviosismo y ansiedad que los experimentados anteriormente. Si es positivo la pareja se fortalecerá y sólo le restará tomar todas las medidas de precaución que el médico indique.

Sin embargo, si el resultado es negativo y el tratamiento fracasó, las esperanzas que se tenían se desvanecen, la sensación que invade a la pareja es a menudo confusa, incluso puede ser sentida a nivel físico (aparece el llanto, el descontrol, la desesperanza).

Aparece la rabia, tan inespecífica que puede orientarse hacia todos, hacia Dios, hacia el otro. Luego surgen los reproches, los que pueden ser dirigidos hacia otros o hacia sí mismo,  disminuye la autoestima, aparecen los sentimientos de inutilidad. Es muy común que en este punto la pareja entre en crisis. Es perjudicial el aislamiento. La comunicación sigue siendo un punto fundamental, es necesario compartir los sentimientos y emociones con alguien empático que comprenda la situación.

 

 

 

 

 

 

 


Álvaro Rojo