Lo Encontramos en casi cualquier sitio en la farmacia, en el herbolario, en el supermercado y probablemente alguna vez lo hemos consumido.
ES una fibra que se extrae a partir a los caparazones de los crustáceos como pueden ser gambas y cangrejos. Los polisacáridos que las componen forman un complejo con las grasas alimentarias que es imposible que nuestro cuerpo lo absorba por lo que las excretamos directamente por vía fecal.
No solo hace que se forme un gel que absorbe las grasas como si fuera un esponja sino que interacciona con ellos de forma mucho más compleja y que ahora no vamos a explicar su mecanismo de acción pero es importante saber que también evita la absorción por parte del organismo de triglicéridos y el colesterol. Regula la tensión arterial de las personas que lo consumen.
Estas propiedades son muy útiles para evitar que las grasas lleguen al torrente circulatorio y por ello no pueden ser almacenadas como fuente de energía. Así se provoca una perdida de peso considerable y se usa como coadyuvante en dietas hipocalóricas de adelgazamiento. Además seria útil usarlo para disminuir la absorción de triglicéridos y colesterol pero es cierto que esta segunda indicación no esta del todo confirmada. No obstante la población china utilizaba el Chitosán para curar lesiones abiertas en la piel. Pero en la actualidad solo lo encontramos en forma de capsulas o tabletas para tomarlo por vía oral.
Como ya habeis podido comprobar en otros producto que ya hemos comentado con anterioridad, no hay nada milagroso y por supuesto tomo lo que ingerimos tenemos que hacerlo teniendo una serie de precauciones. En este caso no debemos consumirlo de forma continuada durante un largo periodo de tiempo porque podría limitar la absorción de vitaminas liposolubles como son la vitamina E y A y otros ácidos grasos beneficiosos para el cuerpo como son el Omega 3 o el acido linoleico conjugado (CLA).