Es una planta usada desde la antigüedad porque se le atribuyen propiedades medicinales. A pesar que para los expertos floristas y los jardineros es una mala hierva porque crece en casi cualquier sitio es una planta muy importante desde el punto de vista de la fitoterapia.

La parte mas utilizada en la actualidad son las raíces pero hay evidencias de que hace años los médicos árabes utilizaban sus flores para realizar vino que posteriormente se utilizaba como aperitivo para abrir el apetito y como reconstituyente. También utilizaban las raíces tostadas para fabricar un sucedáneo de café.

Las raíces poseen propiedades depurativas, diuréticas, estimuladora de la producción de bilis en el hígado y facilita el vaciado de la vesícula biliar esto se debe a la acción sinérgica de las sustancias que componen las  raíces de la planta.

Debido a las propiedades del extracto de diente de león se utiliza para favorecer el equilibrio hídrico en el tratamiento de edemas y obesidad, aliviar trastornos intestinales leves, favorecer la función hepática y biliar, mejorando la situación en caso de hepatitis, ayuda a eliminar toxinas. Además de que al ser rica en vitamina A puede ayudar a la salud de nuestros ojos

Pero como muchas veces pasa además de conocer sus propiedades debemos conocer sus posibles contraindicaciones o interacciones. En personas sanas se considera un suplemento seguro pero se han descrito interacciones con algunos medicamentos por ejemplo, el caso de antibióticos como ciprofloxacino, levofloxacino la combinación con diente de león disminuye la absorción del fármaco en el organismo. Otra interacción descrita es la existente entre el diente de león y diuréticos ahorradores de potasio (furosemida) por que existe la posibilidad de que  aumenten en exceso la cantidad de potasio en el cuerpo.

En el mercado encontramos diente de león como fitoconcentrado en forma de capsulas y tabletas o bien formando parte de la composición de productos coadyuvantes de tratamiento de perdida de peso.