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Sexualidad
Teorías sexuales infantiles

La niña comparte la elevada valoración que su hermano concede a sus genitales. Muestra vivo interés ante la observación de un varón desnudo, generando en ella, envidia al sentirse en desventaja por el pequeño tamaño de su clítoris. Hacia los diez años suelen llegar a los niños las primeras revelaciones sexuales. Lo que ya descubren es casi siempre la verdad, esto es la existencia de la vagina y su función, aunque esto no es suficiente para aclarar el problema en su totalidad, ya que desconoce y no suele adivinar la existencia de la sustancia seminal, es decir que el pene destila una sustancia distinta de la orina. La idea de la concepción se va redondeando en el momento de la pubertad, momento en que el niño cuenta con todos los elementos que le permiten entender de donde y como vienen los niños.


Debemos tener en cuenta que la visión que tiene Sigmund Freud sobre la sexualidad es mucho más amplia de la que se suele creer usualmente. Sexualidad, según Freud, será todo aquello que tiene que ver con el placer y sus fuentes. Por eso diferenciará claramente entre sexualidad y genitalidad (lo que nosotros llamaríamos pulsión sexual). Una de las novedades más destacadas de la teoría del Psicoanálisis de Freud es la afirmación de la existencia de instintos sexuales en la infancia siguiendo las siguientes fases de desarrollo:

 

- Fase Oral: La fuente de placer es la boca, relacionada con el hecho de comer (concretamente mamar). El niño obtiene placer por el hecho de chupar, y eso le permite alimentarse inconscientemente. Esta es la razón de la necesidad del uso del chupete.

 

- Fase Anal: El placer está relacionado con el control y el descontrol de las necesidades fisiológicas. El niño empieza a controlar sus esfínteres, y empieza a entender el Principio de Realidad (aplazar la satisfacción de las necesidades por razones sociales). Aparece un cierto instinto sádico (se despiertan las pulsiones de Thanatos).

 

- Fase Fálica: En esta fase se descubren los órganos genitales y la idealización de estos centrarán la obtención del placer. En este periodo se produce el Complejo de Edipo: relación que el niño/a establece con sus progenitores, existiendo una relación ambivalente, ya que el niño siente odio y amor al mismo tiempo por el progenitor de su mismo sexo. El descubrimiento de los órganos sexuales adultos, así como la diferenciación entre lo masculino y lo femenino será la responsable de este sentimiento de ambivalencia.

 

- Fase de latencia y genital: La fase de latencia coincide con la resolución del Complejo de Edipo y es un período de tranquilidad pulsional que debe conducir a la maduración física. En este periodo podríamos situar el origen del Súper-Yo, es decir, la aceptación de las normas morales del padre o la madre. En la fase siguiente (fase genital) La sexualidad empieza a centrarse, debido a la maduración física, en la genitalidad.

 

- El Complejo de Edipo: Un aspecto fundamental a la hora de entender el psiquismo humano es el Complejo de Edipo. En este proceso el niño o niña siente una atracción natural hacia el progenitor de sexo diferente, determinando un sentimiento de rechazo hacia el progenitor del mismo sexo. El niño, por ejemplo, odia a su padre ya que es quien realmente posee a la madre. Dentro de este proceso intervienen, sin embargo, otros factores importantes, como por ejemplo, el descubrimiento de los órganos sexuales adultos. El niño cree que la ausencia de pene en las niñas es debida a una castración, lo que determina un miedo muy grande a su padre, ya que es quien puede castigarlo.


Álvaro Rojo