Las siguientes señales deben levantar sospechas sobre un posible caso de Síndrome de Noé:
- Constante cambio de animales, algunos de los cuales se ven una vez y nada más.
- Visitas al veterinario por problemas no demasiado lógicos en alguien que cuida de sus animales, como traumatismos o enfermedades infecciosas.
Rara vez acuden al veterinario con animales con problemas propios de vejez, como procesos cancerosos o problemas cardíacos.
Lleva un animal al veterinario relativamente presentable y pide medicación para otros que tiene muy enfermos, intentando que el veterinario se la dé sin verlos y confíe en lo bien cuidados que los tiene viendo el que ha llevado.
- Se desplaza sin problema grandes distancias para ir al veterinario, va a horas algo intempestivas, y tiene varios a los que lleva distintos animales, para que ninguno sepa cuantos tiene en realidad.
- Intenta tratamientos o cuidados heroicos con animales que acaba de encontrarse.
- Perfuma o baña a los animales antes para esconder su olor.
- No contesta o no sabe contestar a la pregunta sobre el número de animales que tiene.
- Argumenta que se acaba de encontrar al animal que trae y que está en unas condiciones obviamente deplorables, incluyendo un fuerte olor a orina, unas uñas larguísimas y atrofia muscular, lo que indica que no estaba vagando por las calles, sino más bien que estaba recluido en medio de una gran suciedad.
En cuanto a su casa, algunas características son:
- Presenta una acumulación de objetos dentro y fuera de ella, muchos de ellos muy combustibles: papel, etc…
- Puertas y ventanas suelen estar bloqueadas.
- Carece de suministros: luz, agua corriente, etc.
- Para desplazarse por dentro hay estrechos "senderos" libres de estorbos.
- Hay infestación de ratas y/o insectos.
- Hay proliferación de heces y orina humana y animal.
- Su casa está en tales condiciones de suciedad que en general debe derribarse.
Todo esto provoca unos consecuentes peligros como:
- Alto riesgo de incendio por la acumulación de productos inflamables.
- Alto riesgo de daños estructurales por el peso y volumen de lo que acumulan.
- Alto riesgo de infecciones, infestaciones y enfermedades, por la basura y desechos orgánicos en putrefacción.
En cuanto a las características del enfermo están las siguientes:
- Mayoritariamente, mujer mayor que vive sola.
- No suele tener ayuda ni de familia ni de amigos.
- Suele ser una persona con alguna incapacidad, jubilada o en paro.
- El amor por los animales lo ha convertido en control sobre ellos.
- Se niega absolutamente a recibir ayuda para atender a los animales (esterilizar, comida, medicinas), y en cambio difunde acusaciones de intento de robo y acoso.
- Se considera un trastorno obsesivo-compulsivo. Es un enfermo mental.
- Vive en un estado de negación.
- No ve la destrucción que provoca.
- No se trata tanto del número de animales que tenga, sino de las condiciones en las que los obliga a vivir.
- Pone en peligro la salud de la comunidad y la suya propia.
- No da a los animales ni la atención sanitaria mínima.
- Es reincidente casi en un 100% de los casos.